Plena crisis de los 25

                                              XXV

    Si, cierta cantidad o acumulación de acontecimientos me hacen sentir en plena crisis de los veintitantos , este caso de los 25.

    La mayoría de las veces los primeros días de haber cumplido años, por error si me preguntan la edad digo la edad anterior, por costumbre; un año repitiendo el mismo número. Así me ha pasado casi siempre. Este año ha sido diferente, desde que faltaban unos meses para mi cumpleaños ya me sentía de 25.

Expectativa vs Realidad

    Desde niña decía que la edad “ideal” para casarme eran los 25, si ya que es no estar ni muy joven pero tampoco tan vieja. De hecho hace unos años atrás publique un post sobre el matrimonio y aun pensaba que me casaría a los 25. Aunque estaba soltera y sin compromiso, el cual sigue siendo mi estado civil actual. 

   Lo cierto es, que ya dudo mucho que me case a los 25, no obstante es obvio que si me quiero casar. Y no para ser “feliz”, esa idea me parece muy errada. Pienso que al decidir unirte de por vida con una persona es para ser amigos, compañeros, amantes, novios; compartir lo bueno, lo no tan bueno y lo malo, en fin, caminar juntos en este camino que llamamos “vida”. Ademas de que tengo algunas metas personales que me gustaría obtener, y decisiones por tomar, antes de casarme

  Pero si,  menos mal que aclare que era una niña cuando pensaba así, aun cuando adolescente pensé que a los 25 estaría graduada y trabajando y que ya tendría el rumbo trazado, que sabría a donde ir, que por fin dejaría de sentirme en medio de una encrucijada, ¡Que ilusa! Aun me siento en una encrucijada y hay muchas cosas que todavía no sé, aun me siento “perdida” tal cual como lo describí en un antiguo post. 

                              

Un cuarto de siglo

    Quizás el cuarto de siglo pesa y por eso algunos a esta edad nos sentimos abrumados y otros hasta deprimidos.

    Yo tuve depre, pre-cumple, aproximadamente faltando unos 2 meses para mi cumpleaños. Motivos de mi “down” pre-cumple:

- Tengo 25 años, aun no me he graduado. Aparte de que no me gusta la carrera que estoy estudiando. (Tengo mis razones para haber tenido que tomar esa incomoda decisión de estudiar algo que no me gusta  #DramaQueen).

- Estoy sin empleo actualmente, obviamente en la respectiva búsqueda.

- No tengo pareja estable, tampoco es que desee una inestable, (“Mejor sola que mal acompañada”).

- No quiero hacer un postgrado en algo que no me guste, -lo que me gusta no esta muy relacionado con la carrera que estudio- siento que la frustración vocacional va a ser demasiado grande. Pero mejor lo dejo hasta aquí con las quejas, no los quiero aburrir, la lista puede tornarse larga e involucrar muchas de mis dudas futuras. En el presente tengo otras cosas por resolver y muchas cosas por agradecer.

Recordando lo que dice esta imagen:

No todo es quejas y lamentos.

    Les comparto unas preguntas que estuvieron rondando en mi cabeza, en vísperas de mi vigésimo quinto cumpleaños.

 ¿Por qué celebramos que nuestro envejecimiento?

       ¿Por qué tenemos que hacer reuniones, salir o hacer algo diferente para sentir que ese día especial?

    Mi cumpleaños pasado sentí curiosidad por saber de dónde venía esta tradición. Y conseguí mucha información pero ninguna que me convenciera totalmente. Pensé que había publicado algo al respecto, pero se quedó en borradores.

   Lo cierto es que no me puedo quejar, se me dio bien eso de no esperar ‘nada de nadie’, y dejarme sorprender con los detalles que me quisieran dar. La pase mucho mejor que en años anteriores, tuve hasta 2 tortas, y muchos detalles que obviamente no esperaba ni imagine. Y por supuesto la bendición de compartir el cumpleaños con mi mamá, cumplimos el mismo día (paradoja de cumpleaños). Me pude sentir bendecida y agradecida por mi familia y amigos más cercanos.

Les comparto algunas fotos, de los detalles recibidos: 

Esta torta me la regalo mi familia.

Unas amigas me regalaron esta torta de piña. 

Hasta este ramo un lindo bucket cupcakes recibimos mi mamá y yo 

PD: Como una canción de Taylor Swift dice: "But we got bills to pay, We got nothing figured out,"