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Mostrando entradas de octubre, 2014

Plena crisis de los 25

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                                               XXV     Si, cierta cantidad o acumulación de acontecimientos me hacen sentir en plena crisis de los veintitantos , este caso de los 25.     La mayoría de las veces los primeros días de haber cumplido años, por error si me preguntan la edad digo la edad anterior, por costumbre; un año repitiendo el mismo número. Así me ha pasado casi siempre. Este año ha sido diferente, desde que faltaban unos meses para mi cumpleaños ya me sentía de 25. Expectativa vs Realidad     Desde niña decía que la edad “ideal” para casarme eran los 25, si ya que es no estar ni muy joven pero tampoco tan vieja. De hecho hace unos años atrás publique un post sobre el matrimonio y aun pensaba que me casaría a los 25. Aunque estaba soltera y sin compromiso, el cual sigue siendo mi estado civil actual.     Lo cierto es, que ya dudo mucho que me case a los 25, no obstante es obvio que si me quiero casar. Y no para ser “feliz”, esa idea me parece mu

Resiliencia ante todo

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            En la vida vendrán muchos desafíos. Algunos de ellos con la intensión de afianzar nuestros valores y patrones de conducta.     Si bien es cierto que las circunstancias externas de una u otra manera, influyen en nuestro comportamiento. No debemos dejar que estas nos cambien para mal. Que nos conviertan en algo que no somos. Debemos ser los mismos siempre -claro está, ciertas excepciones aplican- Somos únicos y auténticos y así debemos permanecer.    No podemos ser como hojas secas que el viento las arrastra de un lado a otro. Si los factores externos han de cambiarnos, pues entonces que sea para bien. Que esas circunstancias adversas sean abonó que fortalezca nuestro crecimiento y madurez como personas.

Aceptación vs Idealización

Últimamente he estado llevándome sorpresas no tan agradables por esperar cierta reacción o comportamiento de las personas que me rodean. H asta l legue  sentirme molesta con algunas de ellas; al ver que sus acciones o reacciones no eran como esperaba.  Luego de cavilar en el asunto y creer que la del problema era yo, debido a mis altas expectativas. Me di cuenta, de que si, tengo mi buena cuota de culpa por andar idealizando el comportamiento de los demás. Por imaginarme un determinado patrón de conducta. Cada persona es libre de reaccionar como desee. Y si no me gusta la forma en que reaccionan pues lo mejor es que tome distancia. Es lo más sano, así yo no intento modificar patrones de conducta ajenos y no me preocupo por cosas que no puedo cambiar.  Estoy clara de que aislarse y centrarse desmedidamente en uno, no es bueno. Que es necesaria la interrelación y todo ese bla bla bla -que tengo flojera de escribir ahorita- el cual asumo que ya ustedes saben.   Si a la Aceptació