Esperanza de Octubre

Yo no se bailar, pero si me gusta moverme al ritmo de la música. Si sabes bailar, enséñame. Si no sabes bailar, no importa. Porque seguro es mas divertido, pasar un buen momento y  tontear en pareja. Te invito a bailar y no precisamente una canción. Bailemos según el ritmo que nos ponga la vida. Aunque pienso que la vida es mas llevadera y mucho mejor con música. Así que ¿Por que no? Pongámosle música a nuestra vida. Entonces ¿Bailamos?

Sabes muy bien que no soy como las demás, y que a pesar de ser una romántica empedernida no soy cursi.  Es por eso que antes de un “Te adoro” o un “No puedo vivir sin ti”,  prefiero que me digas que no soy indispensable en tu vida,  que no me necesitas para respirar,  pero que aun así quieres estar conmigo,  que quieres compartir conmigo el resto de tu vida. Que no te importa que no sea la mujer más hermosa del mundo,  porque sabes que ninguna otra mujer te hará sentir como lo hago yo;  aunque haya millones de mujeres en el planeta no conseguirás otra igual,  mejor o peor pero nunca igual. Sé que no soy perfecta,  pero en medio de mis defectos y manías  quiero que te sientas amado.  Y aunque tampoco pueda amar eternamente  o de la manera correcta,  quiero aprender a amar contigo. Te propongo que vivíamos un día a la vez, minuto a minuto,  ya que solo tenemos el presente. Te propongo intentarlo,  luchar cada instante para que funcione.  ¿Lo intentam

Eres el helado de mi barquilla  Eres el centro líquido de mi caramelo  Eres el relleno de mi bombón de chocolate  Eres el hielo de mi bebida en el verano Eres la taza para mi te caliente, en el invierno Eres la mantequilla de mi pan  Eres el centro cremoso de mi galleta  Eres la crema de mi torta Eres la leche para mi  café Eres el chocolate que acompaña mi fresa Eres tú, Simplemente eres tú... 

Si supieras cuantas cosas  he escrito sobre ti. Tantas palabras que no leerás,  pero quizás sea mejor así. Que nunca las leas, que nunca sepas nada. Que no pienses  ni descubras que eran para ti. 

Así qué allí estamos  sentados uno al lado del otro,  esperado que llegue el tren.  Sin planearlo,   nos acompañamos mientras estamos solos. Cada uno espera  que llegue su tren. Compartimos el Silencio. No sabemos si tomaremos el mismo tren  pero con la diferencia  de quedarnos en paradas diferentes  o si esperamos distintos trenes  y uno se va primero que el otro. Lo que sé, es que por el momento,  nos hacemos compañía.