Un café



De repente vuelvo a estar sola. 

Sentada en la mesa de la esquina. 

En el rincón de aquel café 

al que solía ir frecuentemente. 

Mientras estaba ahí sola como invisible. 

Incomoda. Era lo mismo de siempre.

Estaba allí, un poco triste y un poco molesta. 


Mientras observaba por fracciones de tiempo

a cada una de las personas en ese lugar,

ellos por el contrario parecían no verme.

Cada uno de ellos estaba muy concentrado 


en sus conversaciones o 

en la atención de su respectivo acompañante. 

Había gran variedad de acompañantes, 

a juzgar por sus uniformes, 

habían compañeros de trabajo,  

por el parecido otros debían ser familia 

y algunas parejas,

unos no paraban de reír y de mirarse con caras de embelesados

Otros discutían y buscaban llegar a un acuerdo. 

Y yo, seguía allí invisible

 a la vez muy presente, en el rincón,

en esa mesa que se había vuelto mi rincón.

Tomándome un café como siempre solía pedirlo.


Continuara...

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